Chann Tan Yone

 Perry Lee fue a visitar a su padre a la residencia de ancianos. Como tantas otras veces.

Pero aquella vez fue diferente.

Su padre le pidió una cosa.

-"Perry, quiero que encargues mi lápida funeraria, pero antes tengo que explicarte una cosa. Algo que no sabe nadie. Un secreto"
Estamos en Liverpool, no hace muchos años.
En la residencia de ancianos ubicada en la Holt House, mirando el majestuoso parque Sefton.

Perry admiraba a su padre, Tse Pao Lee, inglés de orígen chino.

Un hombre recio, como los de antes. De esos que hablan poco y miran derecho.
Su padre había llegado a Inglaterra en 1949. Como marinero en un buque mercante.

Había conocido a una guapa chica de Liverpool. Se habían enamorado, y poco después, casado.

Perry nació al poco. Otro niño medio chino, medio británico del puerto del Liverpool de post-guerra. 
El padre de Perry había vivido mucho.

Eso era evidente. Sus historias de mar eran célebres, con múltiples aventuras y peripecias.

Pero su padre nunca hablaba de antes de llegar a Inglaterra.

Todo empezaba siempre a partir de 1949.
Por eso, cuando su padre le pidió que encargara su lápida funeraria, y de que le quería contar un secreto, Perry supo que lo que iba a escuchar era importante.

Que lo que su padre quería contarle era una historia que iba muy atrás en el tiempo...

... más allá de 1949. 
Esta es una buena historia.

Una historia de una traición colectiva, de un olvido intencionado, y de un misterio que finalmente vé la luz.

Pero las buenas historias hay que explicarlas desde el principio.

¿Me acompañas? 

Parte I: El expediente HO/213/926

El puerto de Liverpool era uno de los puertos más importantes del Reino Unido.

Buena parte del comercio marítimo con China pasaba por él.

La Holt Company tenía la concesión de las rutas mercantes con Shangai, Singapur y Hong Kong desde el sXIX
A resultas de ello, en Liverpool se había establecido una significativa comunidad china. En su mayoría, marineros y comerciantes, agrupados en su propio barrio; en su momento, la mayor Chinatown del mundo.
Marineros disciplinados, que trabajaban igual que un inglés, cobrando la mitad, y dando menos problemas con el bebercio.

Un detalle importante: Aunque algunos llevaban generaciones en Liverpool, eran considerados inmigrantes, no británicos.
Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, esa comunidad de marinos cobró especial importancia.

Con todos los marinos británicos luchando en Europa, los chinos se enrolaron masivamente en los mercantes, que mantuvieron las líneas de abastecimiento con EEUU.
Fue en parte gracias al esfuerzo colectivo de estos marineros chinos, que Inglaterra continuó recibiendo víveres y armamento de EEUU en los peores años de la guerra.

Fueron muchos los que murieron, torpedeados sus barcos por los U-Boat alemanes
Acabada la guerra, Inglaterra era un país devastado.

1 de cada 3 casas, destrozada por las bombas.
Economía colapsada y desempleo rampante.

Había que tomar medidas drásticas para reflotar el país.
En una decisión que sólo se ha desclasificado recientemente, el Home Office decidió que había que deportar a los 20.000 chinos de Liverpool.

En otras palabras, que había que hacer sitio para los soldados ingleses que volvían a casa.

No había sitio ni trabajo para todos.
Una decisión insólita, injustificable, y que los propios que la tomaron, ocultaron al Parlamento.

Pero claro, Inglaterra es diferente. Allí la historia se estudia. La política se audita.

Y LA VERDAD ACABA SALIENDO A LA LUZ. 
La desclasificación del expediente HO/213/926 ha permitido saber que el Home Office y la Policía ejecutaron una campaña masiva de deportaciones sumarias, no sujeta a escrutinio alguno.
A inicios del año 1947, miles de chinos fueron subidos por la fuerza a barcazas, que los transportaron a buques cárcel en la bahía de Liverpool, a la espera de repatriación.
Los rumores de desapariciones corrieron como el fuego por Chinatown.

Nadie sabía qué pasaba.

La gente, sin más, desaparecía.
Sin explicación.
Sin despedida.
Por lo general eran marinos jóvenes, sin arraigo familiar. Un problema menor.

Pero de esos miles de chinos, había unos cuantos centenares que tenían familia, que habían conocido a chicas inglesas y habían formado familias.

Familias mixtas.
Familias que de la noche a la mañana perdieron a esposos, a padres.

Mujeres que nunca supieron ni porqué ni cómo sus esposos las habían abandonado.

Hijos e hijas que perdieron el recuerdo de sus padres.
Niños con los ojos rasgados, sin una explicación de porqué.
Fue una campaña de deportaciones ilegal, especialmente en el caso de los chinos con familia.

El arraigo familiar no otorgaba la nacionalidad, pero sí el derecho de residencia.

Nadie les informó. Los subieron a una barcaza y para China. Goodbye yellowman.
La desclasificación del expediente HO/213/926 ha permitido conocer los detalles de este indigno plan de deportación.

Saber las motivaciones racistas y clasistas de la época. Saber que entre otras cosas se calificaba de "probables prostitutas" a las casadas con chinos. 
Saber que no se guardó registro detallado de los deportados.
Que no se informó a las familias.
Que nunca más se supo de aquellas personas.
Que nadie consiguió volver...

Volvemos con el padre de Perry, Tse Pao Lee. 

Parte II: Historia de un marino chino

Chann Tan Yone nació en la ciudad china de Ningbo en 1903.

Hoy una moderna urbe, pero entonces sólo era un pequeño puerto, que invitaba a los espabilados a embarcarse para hacer fortuna.
Chann Tan se enroló en la marina mercante, que como os decía antes, era la salida natural para los jóvenes con ganas de trabajar y ver mundo.

Y Chann Tan tenía muchas ganas.
Navegó, viajó, y trabajó.
Vió países lejanos y conoció a gentes de otros lugares.
En todos ellos aprendió.
No era un joven cualquiera.
Era de los que hablan poco y miran derecho. 
Y pasó lo que tenía que pasar.
En uno de sus viajes recaló en Liverpool.

Y la conoció a ELLA.
La mujer de sus sueños.

Una chica de Liverpool, humilde pero preciosa. Una scouser con un divertidísimo acento inglés. 
Aquellos fueron los mejores días de su juventud.
Entre viaje y viaje, la iba a ver.

Y se prometían construir un futuro juntos. Una familia.

Ya os he dicho que Chann Tan no era un tío cualquiera.

Era un tío bien hecho. 
Pero llegó la guerra.
Y Chann Tan, como tantos otros, se enroló en la Marina Mercante.

Había que ayudar.
El no era inglés, pero sentía una cierta lealtad hacia el país de su futura mujer. 
No entraré en detalles, porque Chann Tan daría para un hilo ad hoc.

Sólo deciros que sobrevivió al hundimiento de dos barcos, torpedeados por submarinos alemanes, y que incluso estuvo internado en campos de concentración en Alemania.

Vamos, un héroe de guerra. 
Pero todo pasa, incluso la guerra, y Chann Tan regresó a Liverpool, con ELLA.

Decidido a casarse y fundar una familia.

Por fín.

Pero no. 
Una noche de 1947, mientras regresaba a casa después del trabajo, le paró la Policía.

-"Papeles!"

Antes de que pudiera hablar, ya le habían detenido y subido a una barcaza, junto a otros muchos jóvenes chinos. 
Chann Tan lloraba amargamente desde la cubierta del barco.

El puerto de Liverpool se veía cada vez más pequeño, allá a lo lejos.

Hacía sólo unas horas que le habían informado de su destino:

-"Vuelves a China, chaval" 

Parte III: El regreso

Al padre de Perry le costaba hablar. Se notaba que explicar todo aquello era doloroso para él.
Un infarto le había obligado a entrar en una residencia, a él, que era una fuerza de la naturaleza. 
-"Perry, si tengo que morir aquí, quiero que me entierren con mi verdadero nombre"

-"¿De qué me estás hablando, padre?", preguntó Perry.

-"Escúchame bien, hijo" 
Chann Tan llegó a China, pero a diferencia de sus compañeros, no cejó en el empeño de volver.

China era un país extraño para él, sumido además en una sangrienta guerra civil, entre nacionalistas y comunistas.

Ese no era ya su hogar. 
Después de muchos intentos infructuosos, en 1949 Chann Tan consiguió enrolarse con destino a Inglaterra.

Eso sí, tomó precauciones. 

Parte IV: La lápida

La desclasificación del expediente HO/213/926 ha permitido conocer muchos detalles de lo que sucedió durante las deportaciones.

Pero hay un gran vacío.

¿Qué pasó con esos miles de chinos repatriados a la fuerza?
Nada se sabe.

A la que fueron desembarcados en China se pierde completamente la pista.

El Gobierno inglés no puso interés alguno en conocer su destino posterior.

Con una excepción. 
Perry Lee enterró a su padre en el cementerio de Liverpool, en un pequeño espacio reservado para la comunidad china.

Una bonita lápida marca el lugar. 
Una lápida con el nombre del difunto.

Su verdadero nombre.

Chann Tan Yone.

EL UNICO QUE CONSIGUIO REGRESAR.


Como siempre, gracias por leerme. Feliz 2022.