¿Quiénes son los de la foto, mamá?

¿Quiénes son los de la foto, mamá?

Esa pregunta resonaba en su cabeza.
Igual que el silencio de su madre, que se negaba a contestar.

Estamos en Nueva York, en 1975.

Y una hija está a punto de descubrir un secreto trágico.

¿Te lo explico?Image
Aviso, esta es una historia dura.

Una historia que nos recuerda uno de las mayores tragedias de la humanidad. Prueba de su salvajismo.

Es una historia muy oportuna.

Pero hay que explicarla desde el principio... 
Viajamos hasta el 29 de Abril de 1945.

Hasta Dachau, el campo de concentración nazi, donde decenas de miles de personas fueron exterminadas.

Los soldados estadounidenses de la 45.ª División de Infantería acaban de liberarlo.Image
Los americanos no tardan en darse cuenta del horror de aquella "fábrica de exterminio", de los despiadados crímenes que allí se cometían.

Del terror a la ira hay una distancia muy corta.

Algunos soldados, más o menos descontrolados, fusilan sin vacilar a los guardas de las SS.Image
Esos primeros instantes son de extrema confusión:
Soldados que toman el control del campo.
Algunos que se toman la justicia por su mano.
La alegría de los supervivientes.
Demasiadas cosas en paralelo.ImageImageImage
Es en ese contexto que una niña de 4 años, vestida con harapos y extremedamente delgada, camina vacilante por la calle principal del campo.

Todos corren y gritan a su alrededor.

Ella está sola. 
Una mujer joven se detiene a su lado.

Rubia. Malvestida.

Cara sucia, pero mirada amable.

Se miran por un instante.

La mujer sonríe.

La niña sabe que puede confiar en esa mujer. 
Se dan la mano y se ponen a caminar.

Nadie les dice nada.

Salen por la puerta del campo y ya nunca vuelven a mirar atrás.Image
Volvemos a Nueva York. A 1975.

Lena lleva una vida ajetreada. A sus 34 años ha conseguido muchas de las cosas que se había propuesto.

Estudiar Derecho en la Universidad de Nueva York.
Ser una mujer independiente.
Olvidar el Holocausto.Image
Ella y su madre llegaron a los EEUU en 1947, escapando de la pesadilla de Dachau, en busca de algo mejor.

Lena se había integrado perfectamente.
Su madre todavía mantenía ese fuerte acento alemán. 
Lena se pasaba el día en la Universidad, donde preparaba el Doctorado.

Horas en la biblioteca, investigando y documentándose.

Siempre con un café al lado.Image
Horas de estudio, pero también de soledad.

Cruzarse con algún bibliotecario, musitar un rápido saludo y volver al estudio.

Hasta aquel día... 
Recordaba bien a aquella anciana.
Pequeña, enjuta.
Con el pelo recogido por un pañuelo.
La mirada penetrante...Image
La anciana se sentó frente suyo.

Se mantuvo todo el rato en silencio.

Mirando fijamente a Lena.

Pasados unos instantes, se arremangó poco a poco y le mostró su antebrazo...Image
Lena no sabía cómo reaccionar, pero sabía que debía escuchar, observar... que aquello era importante.

La mujer dejó un sobre sellado sobre la mesa.Image
Un sobre con las palabras "Para tu madre" escritas sobre él.

La mujer se levantó y se fue.Image
Lena no pudo esperar a llegar a casa de su madre.

Abrió el sobre y dentro encontró una foto.

Una foto antigua.

Una mujer joven, que le recordaba mucho a su madre, y dos personas más.

Parecía una foto de familia.

De la familia de su madre.

De su familia, en definitiva.Image
- "¿Quiénes son los de la foto, mamá?"

Su madre no reaccionó bien. Sus ojos claros se nublaron. Su sonrisa desapareció.

Se negó a hablar... 
- "¿Quiénes son los de la foto, mamá?", insistió Lena.

La misma respuesta, el silencio.

Y así durante días... 
Hasta que llegó el 29 de Abril de 1975, el 30º aniversario de la liberación de Dachau.

Ese día, su madre le dijo a Lena...

- "Lena, tengo que explicarte un secreto. Algo que nunca te he explicado." 
Volvemos al 29 de Abril de 1945.

Los americanos están entrando en Dachau.

Se oyen gritos. Disparos. Todo el mundo corre.

Algunos SS se vuelan la tapa de los sesos, antes de que lo hagan los propios americanos.

Otros intentan escapar, en vano. 
Irma, no.

Irma sabe que tiene una oportunidad. Pequeña, pero que vale la pena intentarlo. Escapar.

Todos en el campo la conocen. Es una Aufseherin, una de las guardas del campo, la más cruel. Pero también, de las más inteligentes. 
Sabe que si se queda, no sobrevivirá.
Vale la pena intentarlo.

Tiene poco tiempo.

Irma corre a un barracón. La enfermería femenina. Sabe que allí están las prisioneras más débiles.

Sólo quedan dos.

Una delgada y muy bajita. No le sirve. La mata de una martillazo en la cabeza. 
"Se me acaba el tiempo", piensa Irma.

La otra tiene más o menos su talla.

Le revienta el craneo de un sólo golpe. La desnuda y se viste con sus harapos.

El uniforme de las SS queda tirado en el suelo.

Se ensucia la cara con su sangre, para no ser reconocida, y sale afuera. 
Afuera todos corren y gritan.

Ve una niña pequeña, sola, que camina vacilante por la calle principal del campo.

Le sonríe, le da la mano, y se ponen a caminar juntas.

Hacia la puerta del campo.

Hacia un nuevo futuro.

--- Fín ---