He aprovechado el fin de semana para acercarme a Friburgo, en Suiza, y me ha sucedido una cosa imprevista.
Se llama Michel Simonet, y barre las calles de la ciudad desde hace 37 años.
Pero lo hace de una forma muy particular…
Pero lo hace de una forma muy particular…

En su carro de barrendero lleva siempre una rosa, su forma particular de demostrar su cariño por su ciudad y sus conciudadanos, de conciliar suciedad y belleza.
