Hola, me llamo Johann.

 Hola,

me llamo Johann. Johann Muehlegg.

Bueno, durante 48 horas fuí Juanito.

Dicen que el deporte es superación y esfuerzo.

Excepto en mi caso. Es que me descojono, tío.

Lo mío es otra cosa.

Si quieres, te lo explico...

No es fácil para mí explicar esto.

Después de tantos años.

Por eso, quizás lo mejor será empezar por el principio. 
Nací en Alemania en 1970, en un bonito pueblo alpino llamado Ostallgau.

Uno de esos pueblos donde se aprende antes a esquiar que a ir en bicicleta.
Y yo era bueno esquiando.

Desde bien pequeño apuntaba ya maneras.

Pero no en la versión pija del esquí, no... esa de las melenas al viento y ropa cara, no.

Eso no era para mí.
Yo era bueno con el esquí de fondo.

Muy bueno.

Buenísimo.
Hasta el punto que me seleccionaron para el equipo olímpico alemán.

No una, ni dos, sino 3 veces.

Fuí a las Olimpiadas de Invierno de Albertville (1992), Lillehammer (94) y Nagano (98)
Pero bueno, siempre fuí un tipo especial.

Iba a mi bola. Y el comité olímpico alemán lo notaba.

Como cuando contraté los servicios de una santera portuguesa, que me curó de una infección...
El seleccionador no me entendía.

Yo tenía ideas propias. Como la de ir a todos lados bebiendo agua bendita (con lo buena que es).

Al principio, pues todavía, pero con el tiempo... bueno, pues la cosa se torció...
Total, que en 1999 me expulsaron del equipo olímpicio alemán.

Me pillé un rebote de cojones.

Hasta que se me ocurrió una idea... 
Se acercaban las olimpiadas de Salt Lake City .

Yo quería competir. Como fuese.

Con el equipo que fuese.
Y un día me llamaron por teléfono... 
- "¿Qué te parecería competir por nuestro país?"

-"Nunca hemos ganado nada, y nos haría ilusión"

-"Te daríamos el pasaporte y la nacionalidad. Tú no tendrías que hacer nada"
- "¿Dónde firmo?", exclamé.

El país era España.

Así es como en Noviembre de 1999 me hice español.
Fast forward a las Olimpiadas de Invierno de Salt Lake.

Febrero de 2002.

Todavía no soy conocido en España.

Empiezo dándole duro.
Gano mi primera competición. Mi primer Oro.

Los 30 kilómetros.
Salgo un ratito corto en las noticias.

"EL ALEMÁN NACIONALIZADO ESPAÑOL JOHANN MUEHLEGG GANA UNA PRUEBA DE ESQUÍ DE FONDO"
Le meto aún más duro.

Gano mi segundo Oro.

Ahora sí que lo peto.
Las noticias son la repera limonera...

"EL ESPAÑOL JUANITO MUEHLEGG GANA SU SEGUNDO ORO DE ESQUÍ DE FONDO PARA ESPAÑA"
Gano el tercer oro.

Me llama el rey. Me llama el Presidente.

Ya no soy JUANITO MUEHLEGG.

Soy JUANITO, a secas.
En 48 horas he pasado de ser un absoluto desconocido a ser JUANITO y a que me llame todo Dios.

A -co-jo-nan-te!
Pero claro.

Las cosas buenas duran poco.

Había un pequeño detalle. 
Me cascaba Darbepoyetina como si fuera Cacaolat.
El COI no tardó ni 5 minutos en descalificarme.

No de uno, sino de todos mis oros.

- "Joder, no hay para tanto", pensé.

- "Menos mal que en España me quieren" 
Y una mierda.

No habían pasado ni 48 horas que volvía a ser "EL ALEMÁN JOHANN MUEHLEGG", ya ni "nacionalizado español".
Me llamo Johann. Johann Muehlegg.

Y esta es la historia de cómo conseguí que todo un país me llamara Juanito durante 48 horas.

Espero te haya gustado.

--- FIN ---