El niño del Castillet

Si has estado en Perpignan, en el Sur de Francia, seguro que te suena este edificio:

Es el Castillet, una imponente fortaleza medieval construída hace 650 años.
Lo que seguro no sabes es que esconde un misterio sin resolver, que lleva de cabeza a historiadores.
¿Te lo explico?Image
Su construcción se inició en torno al año 1368, por el maestro de obras Guillem Guitard y por encargo de Juan I de Aragón, para reemplazar a una puerta que permitía atravesar las murallas y que la ciudad se pudiera comunicar con el exterior.Image
Recuerda que por aquella época, Perpignan era parte de la Corona de Aragón, y Perpignan estaba próxima a la frontera con uno de sus enemigos naturales: Francia.

De ahí la necesidad de fortalezas como El Castillet.Image
Con los siglos, Perpignan y su región colindante (Rosellón) pasó a formar parte de Francia, con lo que el Castillet perdió su función defensiva.

Estuvo primero en desuso, y luego pasó a servir como prisión durante mucho tiempo.Image
Tuvo diversas funciones hasta que a partir de 1963 albergó la Casa Pairal, el museo de artes y tradiciones populares.

Pero justo antes de eso, albergaba una sala de archivos departamentales y es esta época la que nos interesa.Image
En 1948, al archivero le falta espacio, y algo le intriga:

En la fachada hacia la ciudad, en la plaza de Verdun, a la izquierda de la puerta Notre Dame, hay una pequeña ventana que no tiene correspondencia con habitación alguna en el interior.Image
Se sube a una escalera.

No se ve mucho, pero por una rendija vé un reducido espacio cuyo acceso ha sido tapiado.

Llama a un albañil, François Laurencie. Rompe la pared y accede a una especie de celda de 3 metros de largo por 80 cm de ancho.Image
En el suelo, los restos óseos de un niño.

¿De quién son?
No hay rastro en los archivos.

Dos médicos examinan el esqueleto, el Dr. Donnezan de Perpiñán y el doctor Louis de la Facultad de Montpellier.Image
Se trata de un niño de unos diez años.
De una clase social acomodada, lleva una prenda de terciopelo y aún queda un trozo de zapato de cuero.

Cerca de él, la mitad de una jarra y trozos de un plato de finales del siglo XVIII con huesos de pollo, una comida muy apreciada entonces.Image
Pero, ¿quién es ese niño?

La imaginación se desborda. Se piensa de inmediato en el hijo de Luis XVI y María Antonieta, oficialmente muerto en cautiverio en la prisión del Temple en París en 1795.Image
Pongamos las cosas en contexto:

Estamos hablando de Luis Carlos de Borbón, 3er hijo de Luís XVI y María Antonieta.
Tras la decapitación de sus padres en 1793, pasó a ser el heredero de la corona: El Delfín...

Pero claro, encerrado en una prisión de París.Image
Teóricamente, murió en esa prisión parisina en 1795, a los 10 años.

Pero la opinión pública no se traga esa historia, prefiriendo pensar que lo hicieron escapar y que es otro niño el que fue enterrado bajo su nombre en París.

Corren los rumores...Image
Volvemos a 1948...

¿Y si el niño del Castillet fuera el joven Luis XVII?

Una hipótesis seductora. Especialmente porque historiadores locales encuentran una factura de la época de la Revolución, para pagar al albañil que ocultó el calabozo.Image
Pero, ¿por qué enterrar en vida al hijo de un rey en Perpignan?

Se baraja esta hipótesis: Royalistas franceses habrían contactado con la Corona española, con el objetivo de escamotear al heredero francés, cambiándolo por otro niño, y llevarlo hasta la frontera con España.Image
Se habla de Goupilleau de Fontenoy quien fue enviado en 1794 a negociar la paz con las tropas españolas, que habían invadido la zona de los Pirineos Orientales... es decir, el Rosellón y Perpignan.Image
¿Habría Goupilleau procedido él mismo al intercambio en el Temple y llevado en el mayor secreto al joven príncipe a tierras catalanas para entregárselo a los españoles, a cambio de la retirada?Image
¿Podría ser que el prisionero real, afectado por su cautiverio, enfermo, hubiera muerto y hubiera sido tapiado su cuerpo para enterrar definitivamente esta historia...?Image
Hipótesis interesante, excepto por un pequeño detalle:

En el año 2000, se realizaron análisis de ADN al niño muerto en el Temple el 8 de junio de 1795.

El resultado fue concluyente: Era hijo de María Antonieta. No hubo sustitución.Image
Con lo que, la pregunta sigue abierta:

¿Quién es el niño del Castillet?

El misterio del castillo sigue sin resolverse...Image